lunes, 29 de noviembre de 2010

Ya que estamos.....

Sí, sí, ya que estamos, por qué no incluir la entidad del género no sólo en las leyes, consideraciones penales, programas políticos, reglamentaciones laborales, etc,etc? Por qué no, empezar a incluirla en serio en el seno de los sectores que, aunque se jacten de ya haberlo hecho, y de haber creado con ello un espacio más para la mujer, simplemente están disfrazando una realidad, el gran machiso que aún caracteriza a ciertas áreas de la administración estatal; ya sea por historia o por derecho propio, como algunos todavía creen. Es decir, no hemos escuchado en varios discursos de sectores políticos y programas de gobierno (cualquiera de ellos), que la inclusión de las mujeres en las fuerzas armadas bajo un "mismo" régimen de requisitos de ingreso, demuestra que “están en un pie de igualdad, ya que tienen el mismo derecho que los hombres”?. Pero....cuando decimos que estamos en un pie de igualdad, a qué nos referimos?. El pie izquierdo será, porque las mujeres, si bien están trabajando lo hacen en lugares que no ocupan puestos de decisión. En la interna de los comandos, las mujeres menoscaban la armonía disciplinaria masculina. Y es que, me parece que no se ha entendido globalmente el concepto de equidad. Este término no implica ofrecerles la oportunidad de probar el rigor y el nivel de exigencia físico-mental que requieren las tareas de las fuerzas. Equidad, implica eso mismo, ser tratadas iguales, pero desde la perspectiva femenina. Porque las policías y las soldados, siguen sufriendo dolores mentruales, siguen embarazándose, siguen amamantando a sus hijos, siguen teniendo problemas hormonales, siguen queriendo usar maquillaje en algún acontecimiento......
Y claro!!, nunca van a estar al mismo nivel, porque si miramos un poquito nomás, están por encima. Porque si no acceden fácilmente a los altos mandos, a las direcciones, a los puestos de jerarquía, es porque la otra parte del tiempo que no están compitiendo con los hombres,están realizando "las tareas para las que fueron creadas", o sea, mantener, cuidar y desarrollar una familia, cosa que raramente un hombre puede soñar ser capaz de sobrellevar simultáneamente.  
NO HAY UNA RELACIÓN DETERMINANTE ENTRE EL SEXO DE UNA PERSONA Y LA CAPACIDAD DE REALIZAR UNA TAREA. Sin embargo, la construcción de GÉNERO, "lleva a que cada uno haga lo que se espera de él, y cuando esto no ocurre, pone en riesgo la pertenencia al grupo, la membresía, la propia identidad".
La EQUIDAD DE GÉNERO, parte de la necesidad de reconocer y valorar las diferencias entre hombres y mujeres, otorgándoles igualdad de oportunidades a TODOS y TODAS para el desarrollo de sus potencialidades, habilidades y detrezas. Entonces, no seamos hipócritas!!!, se exige a la mujer que compita a la par de un hombre, pero al final de la jornada siempre nos aseguramos de que recuerde que sus "potencialidades" nunca se van poner al mismo nivel que la de ellos, y más dentro de las fuerzas (policías y ejército).Por eso, siguen surgiendo casos de mobbing, de acoso sexual, de persecuciones, porque, como sabiamente dijo Montesquieu: "No hay peor tiranía que la que se ejerce a la sombra de las leyes y bajo el calor de la justicia".
Y...cómo decíamos al comienzo, ya que estamos en la semana de lucha contra la violencia contra mujeres y niñas.....

Porque al fin y al cabo....la discriminación, el maltrato psicológico, el acoso moral, el acoso laboral, el sometimineto a deplorables condiciones de trabajo, la infravaloración personal, el menosprecio, la vilencia verbal, no eran todos signos de violencia?....

Porque todo esto, aún sufren las mujeres de las fuerzas armadas.....








domingo, 28 de noviembre de 2010

El estrés en el ambiente laboral

La definición de salud laboral según la OMS: Es también un estado de bienestar, donde la capacidad laboral del individuo se desarrolla de una manera adecuada dando al trabajo y a la vida un mayor sentido.
La perspectiva salutogénica: ¿Qué factores influyen para crear un medio ambiente laboral saludable?
Que tienen que ver con el individuo
Que tienen que ver con el grupo
Que tiene que ver con la entidad y su organización

Factores salutogénicos: 
 Balance entre trabajo y individuales vida privada
 Sentido de pertenencia
 Comprensión y capacidad de adaptación a la realidad.
 Capacitación-autoconfianza
 Estratégias de Coping o capacidad de afrontar conflictos.
 Saber poner los límites
 Responsabilidad de cuidar de su propia salud y bienestar
 Tiempo de reflexión
 Tiempo de recreación
Factores salutogénicos a nivel grupal:
Respeto mutuo, saber escuchar.
Comunicación directa, “hablar con el compañero y no sobre el compañero”.
Responsabilidad recíproca: “Somos el medioambiente de los demás”.
Responsabilidad de conducción colectiva, “saber quién, qué y porqué?”
Brindar apoyo mutuo en momentos de crisis personal.
Factores salutogénicos a nivel de la institución:
Definición de objetivos clara y transparente.
Organización, estructura y roles definidos y conocidos.
Ambiente creativo, no permisivo.
Ambiente abierto a polémicas dentro del marco de los objetivos.
Apoyar la formación contínua.
Actitud orientada a la promoción y prevención.
Planes de rehabilitación.
Condicionantes psico-sociales del medio ambiente laboral:
El contenido/objetivo del trabajo
Su organización y estructura
Contactos sociales y profesionales
Apoyo tecnológico
Planta física adecuada
Las relaciones interpersonales en el ambiente laboral:
Clima de respeto y tolerancia
Roles definidos
Espacios formales de diálogo
Dar y recibir críticas
Líderes informales
Manejo de los conflictos
Mobbing - acoso moral
Acoso sexual
”El jefe soñado por todos”
Corazón caliente y los pies sobre la tierra
Inteligente, capaz, saber conducir.
Saber tomar desiciones
Amable, generoso, contemplador.
Moderadamente exigente
Síntomas de recarga estrés laboral:
Pérdida de interés, pasividad, inefectividad.
Irritación, ambiente de disconformidad
Problemas de cooperación y comunicación
Conversaciones conspirativas de corredor
Sospechas y descreimiento
Bandos y luchas de poder
Certificaciones por enfermedad repetidas
Signos individuales de estrés:   (Alexander Persky)
 Signos somaticos o fisicos                   Signos psiquicos o emocionales.        Signos cognitivos
Dolor muscular, jaquecas, mareos,         Problemas de sueño, pérdida de             Problemas de memoria y de
tinitus, infecciones repetidas,                energía, desinterés, perdida de             concentración,dificultades de     
problemas gástricos, taquicardias,          entusiasmo o alegría, depresión.           focalizar, de instrumentar.
cansancio.
Como desarrollar el medio ambiente psicosocial laboral:
Encuestas individuales y/o grupales
Trabajo grupal
Entrevista individual de desarrollo
Ronda psicosocial
El trabajo sistemático para mejorar el medioambiente laboral debería estar reglamentado en la ley.
Ejemplo: Exigencias de la Ley de Medioambiente Laboral de Suecia:
El empleador:                                                       Los empleados:
Debe impulsar las medidas necesarias                       Deben colaborar en la mejoría del medioambiente 
para evitar los riesgos de salud                                 laboral llevando adelante las desiciones tomadas
física y psíquica de los empleados.                            en ese sentido.

Reglas éticas:
Discutir situaciones de riesgo, principios, áreas problema, no hacer críticas personales.
Respetar el secreto profesional y no comentar lo discutido por fuera del ámbito.
Hacer críticas constructivas y llevar adelante propuestas de mejora.
Escuchar como quisieras ser escuchado.
Documentar para poder hacer el seguimiento de las propuestas de cambio y mejoras.


Adaptado del trabajo de la Dra. Elvira Ciganda
Landstingshalsan-Orebro-Suecia
2009 

sábado, 27 de noviembre de 2010

El Guardiacárcel....

“La vocación de policía carcelero o “guardiacárcel”, como se lo denomina en otras latitudes, difícilmente se adquiera en los juegos de la infancia, donde, o se es policía o se es ladrón, pero jamás se es policía de cárcel. Esta actividad entonces, no surge como una vocación lejana e interior de los primeros pasos de la vida. Eso le otorgaría un valor de extrema importancia al hecho de inclinarse por la función penitenciaria, definido como un servicio social o misión social, si partimos de la premisa del beneficio de la readaptación social del delincuente”[1]. A este respecto, vale mencionar que muchas veces tal premisa cae en reconocimiento en el campo criminológico y penitenciario; por un lado, por su costo, y por otro, por la realidad social. Dicen los expertos que no se puede readaptar a nadie a la misma sociedad o al mismo ambiente que “lo hizo y lo lanzó a la delincuencia”.
El personal policial de la cárcel reconoce que con los medios y servicios con que cuenta es imposible hacer algo que dignifique y estimule su profesión en ese campo. Se puede decir entonces, que esto vinculado también a otros motivos, lo hace sentir vergüenza y menoscabo social por su actividad en la cárcel, lo que se traduce en desidia, llevando inexorablemente a la ineficacia.
El elemento técnico humano y el de sus condiciones éticas afectan el éxito del trabajo en una prisión.
Marcó del Pont[2], dijo que la buena selección del personal es fundamental y prioritaria, por la seguridad de la prisión y la adecuada implementación del tratamiento penitenciario. Hay que partir del hecho de que todas las disciplinas que conforman el equipo multidisciplinario de un Centro de Readaptación Social (como lo que se pretende sea la institución penitenciaria en Uruguay), deben tener y seguir una metodología dirigida hacia un entorno penitenciario.
Por norma general la mentalidad del “carcelero” está adscripta a la disciplina y a la seguridad.- Sin ir muy lejos, nuestra Ley Orgánica Policial refiere en el Capítulo II: FINALIDADES INSTITUCIONALES, COMETIDOS (B.1.2.1. ARTICULO 2º), que “Como policía administrativa le compete el mantenimiento del orden público y la prevención de los delitos”..... “En su carácter de auxiliar de la justicia, le corresponde investigar los delitos, reunir sus pruebas y entregar los delincuentes a los jueces. Asimismo al servicio policial, debe protección a los individuos, otorgándoles las garantías necesarias para el libre ejercicio de sus intereses, en la forma que sea compatible con los derechos de los demás”; en ningún momento habla de las debidas conductas de seguridad y protección respecto del tratamiento de las personas privadas de libertad, aunque en este caso se podría pensar que es innecesaria hacer dicha salvedad, puesto que queda implícita al mencionar nuestro deber de mediadores de la justicia haciendo cumplir la ley vigente.
A punto de partida de esta concepción, el policía de cárcel generalmente está convencido de que un recluso alojado las 24 hs del día en una celda es alguien que no molesta. O que un eficaz sedante o un depresor en el ayuno asegura la tranquilidad de la población estable para el resto del día. Este criterio lo ha vuelto automático, sólo atento a esos conceptos de disciplina y seguridad; con lo cual sus únicas obsesiones son la fuga y el motín, por lo que para este policía el preso más que seguro y bien, debe estar bien seguro. 
Es el policía “carcelero” el que se encuentra en contacto directo con los internos. “Se convierten en instrumentales de un sistema que los impele como una especie de victimarios a los ojos de los reclusos. Viven como absorbidos por la escenificación del simulacro, atentos a los a los subterfugios de los presos y los artilugios de la huída, acatando órdenes de  los superiores.”[1] No obstante, aún en este ámbito de inmediación con la población penitenciaria, dando la cara ante ellos, el policía suele confiar en que está prestando un servicio y que la sociedad tanto como la institución policial, esperan mucho de él.
Toda esta vorágine rutinaria de enfrentamiento y adaptación (entre ambas partes: internos y funcionarios), provoca que difícilmente el policía sea un ser creativo, lanzado a ideas innovadoras y reformistas, y mucho menos partidarios de crear nuevas estructuras. Suelen tornarse, con algunas elocuentes excepciones, cual sumidos por el medio, individuos mecánicos, de reacciones automáticas y, a menudo, duros, cerrados, temerosos, desconfiados y, cuando no, invadidos por un sentimiento de desamparo y zozobra. Es más, en ocasiones las lesiones o la muerte misma de uno o más policías “carceleros” se inscribe como un accidente laboral, previsible por la conducta del “preso” que se supone entraña el encierro carcelario, y como suelen decir el resto de los ciudadanos, esperada por la idiosincrasia misma de la profesión policial y mucho más, de la institución penitenciaria.
Los que somos personal del área penitenciaria, esperamos que la formación policial sea entendida como una disciplina de carácter científico, podría decirse. Antaño, “cualquiera” era policía (si se permite el término). En la actualidad hay que estudiar para ser policía, y no basta con escasos conocimientos de psicología y derecho, sino que también hay que incorporar elementos teóricos desde la administración, la sociología, los métodos de resolución de conflictos, además de poder aprehender a desarrollar una vital capacidad para tomar decisiones y de relacionamiento con la población en general.
El trabajo en la Cárcel agota al personal. Por un lado se espera que mantengan un alto nivel de protección y seguridad, mientras por otro deben recordar constantemente que los reclusos, tarde o temprano, se reintegran a la sociedad. Las penitenciarías pueden ser un hervidero de tensión con arranques de violencia de los presos que resisten su situación. Las víctimas pueden ser tanto el personal como los reclusos. Ya lo dijo Álvaro Garcé (Comisionado Parlamentario para el Sistema Carcelario): “Trabajar en prisión implica encontrarse con lo peor del ser humano..."


[1] Elías Neuman. “La Prisión como Control social en el Meoliberalismo”. 
[2] Luis María Rodríguez Marcó del Pont (Córdoba-Argentina; 7 de diciembre de 193620 de junio de 2005) fue un abogado, político, criminólogo y escritor; fundador de la cátedra de Criminología de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Córdoba. Fue defensor de los presos políticos durante la presidencia de facto de Juan Carlos Onganía (1966 - 1970), siendo perseguido por el mismo. Durante la presidencia de facto de Alejandro Lanusse (1971 - 1973) fue perseguido y encarcelado. Fue designado por el Gobierno Nacional a cargo de María Estela Martínez de Perón como gobernador de la Provincia de Mendoza bajo el título de Interventor Federal desde mayo a octubre del año 1975. Tras el golpe de estado del 24 de marzo de 1976 que dio inicio al Proceso de Reorganización Nacional se exilió en México, regresando a la Argentina en 1984, y designado luego director del Centro de Investigaciones de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de Córdoba; luego elegido por el claustro docente como director de los Servicios de Radio y Televisión de la antes citada Universidad. Entre otros libros escribió "Criminología latinoamericana".